domingo, 16 de agosto de 2015

Duele crecer: aprendiendo a caminar sobre arenas movedizas




Cierra por un momento los ojos e intenta recordar tu infancia, muchas cosas quizás parecían tan fáciles pero a la vez complicadas en ese entonces, todo es proporcional de acuerdo a la edad que te encuentres.

Ahora lo vemos desde una nueva perspectiva, donde antes no salirse de la rayita del dibujo al momento de colorear era todo un problema, hacer la tarea posiblemente era tu única responsabilidad, unido al estrés de no haberte aprendido las tablas de multiplicar, no haber visto al chico (a) que te gusta a lo lejos de tu salón de secundaria, tener que ayudar a lavar los trastes o cuidar a tus hermanitos.

Muchas cosas de lo que hacían nuestros papás en ese entonces nos parecía vernos ajenos a ello y tampoco nos preocupaba, ni nos hacía sentir estrés o por lo menos no nos quitaba el sueño, es más hasta en algún momento jugaste ser adulto, hiciste tu berrinche en querer independizarte y dejar la casa de tus padres cuando te regañaban por llegar tarde del antro o sacar malas notas.

Entonces los años pasaron y ahora ves lo difícil que es ser adulto y tomar decisiones, qué carrera elegir?, si es el hombre o la mujer de tu vida?, el pago de la renta, la mensualidad del auto, la luz, el teléfono, los impuestos, útiles de tus hijos y muchas de las elecciones que ya no es tan fácil como decir “piedra, papel o tijera”.

O simplemente echar un volado, ahora todo eso necesita de tu atención y análisis, pero que a la vez acción de tu parte para poder cumplir con tus responsabilidades y luego piensas…. ¡duele crecer!, ¿se te hace familiar?

Por lo general los niños quieren ser adolescentes, los adolescentes quieren ser adultos y los adultos quieren ser niños, pareciera que vivimos desfasados, queriendo vivir el pasado o el futuro y desperdiciamos nuestro presente. 

Aprender a caminar sobre arenas movedizas es todo un reto, a medida que vamos creciendo nos enfrentamos a situaciones desconocidas, asumimos responsabilidades y la vida nos hace poner a prueba nuestras capacidades en donde pareciera que Charles Darwin tiene toda la razón con su teoría evolutiva o el darwinismo social de la “supervivencia del más apto”.

El crecer implica tener la oportunidad de madurar, trabajar la parte más difícil que es hacernos responsables de nosotros mismos, donde también conlleva a realizarnos preguntas que quizá no tengan respuestas o simplemente nosotros los tenemos, pero esto nos lleva parte de nuestra vida en lugar de tomar decisiones, arriesgarnos y vivir la vida disfrutando de ella misma, como si hacer lo correcto tendría que ser siempre sin temor a equivocarnos.

En algún momento escuché de una persona que decía: la vida no es más fácil para los demás (quizá sí, quizá no) ni más pesada para ti, la vida es tal y como es, con sabores y sin sabores, lleno de matices, pero cada quien tiene la oportunidad de llevarla como desee… ahora ¿aceptas el reto de hacerte responsable del adulto que llevas dentro?

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